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Mi adolescente cambió durante y después de la Pandemia

Actualizado: 20 abr 2022

Una parte de ser un adolescente tiene que ver con cambios constantes. Si nos vamos a la estricta formación de la palabra son cambios que duelen, tanto física, como emocionalmente.
La pandemia vino a cambiar todo lo que teníamos como norma, todos nuestros paradigmas tuvieron que verse modificados. Unos de manera paulatina, y otros, desafortunadamente, de manera forzada y espontánea.

Para los adolescentes, el cambio no es algo ajeno. Pasan por tantos cambios, que a veces, como padres, es difícil seguir el rastro de aquello que un día les aqueja, y al otro, ya no.

Al tener un adolescente en casa durante meses y meses de encierro, muchos padres de familia y tutores, tuvieron que modificar la forma en la que interactuaban con su propia familia.
Las rutinas, los trabajos, la escuela, el ejercicio, y en sí, la vida entera tuvo que modificarse a causa de tener que convivir todos en un mismo espacio y en un mismo tiempo.
Para comprender sólo algunos de esos cambios, debemos saber, cómo padres que nuestros hijos no son los mismos que eran en Marzo del 2020. Además de sus cambios físicos y emocionales, debieron acoplarse a sobrellevar muchos de las dificultades sociales y académicas, normales de su vida, ahora convertidas en situaciones y clases a distancia.

Cabe destacar que cada familia toma las decisiones de que tan restrictivo es el tiempo digital de cada uno de sus hijos, hay familias con completa libertad de usar, descargar, contenido de internet y otras en donde el tiempo es medido y es preciso respetar eso de cada Familia.

En Consultoría Psicológica, hablamos de los posibles problemas que han hecho que los adolescentes, durante esta pandemia, cambien de manera paulatina o drástica. ¿Reconoces alguno?
 

a) Lo Social vs Redes Sociales

Si bien, el internet no es algo nuevo, lo que ha cambiado es que ahora lo tenemos en la palma de la mano. Muchos de los adolescentes se vieron forzados a adquirir, cambiar o buscar medios digitales para poder tener clases, entretenerse (aún más) y tener actividad social por medio de una computadora, tablet o teléfono celular. Y si bien, la pandemia llegó en un momento en el que contamos con estas herramientas, también involucran un nuevo papel fundamental en la vida de nuestros adolescentes.
¿Cuál es el problema? Fácilmente involucra mucho de lo que seguro ahora identificamos con 3 puntos importantes.

b) Mucho Tiempo en Pantalla

Los adolescentes y, si somos sinceros, muchos niños y adultos, pasan MUCHO más tiempo frente a una pantalla de lo que antes se hacía. Si bien el internet muestra una infinita cantidad de información de la cual podemos tomar parte, también involucra conversaciones, imágenes de interés popular (memes), publicación y re-publicación de temas de interés general, etc.
Dependemos ahora de un simple WhatsApp para solucionar dudas, de una videollamada para ver a personas que queremos ver, platicar o simplemente pasar el tiempo. Dependemos de las redes sociales para entretenernos más allá de lo que salimos (aunque por mucho tiempo estuvo prohibido con la pandemia). Dependemos de solucionar dudas médicas, de labores cotidianas de Google para solucionarnos la vida en muchos sentidos.

c) Interacciones Sociales con Todo Tipo de Personas

Y aunque esto parecería algo maravilloso (y lo es), el internet ha abierto puertas a niveles internacionales, nacionales, regionales, etc. Sin embargo es un arma de doble filo, siempre lo ha sido. Mientras las redes sociales evolucionan, también evoluciona como las personas encuentran la forma de usarlas para mal (chantajes, fraudes, etc.), sin mencionar, formas de poner en riesgo nuestra integridad y la de nuestros jóvenes. Cosas terribles como secuestros, pornografía infantil, etc. Todos hemos escuchado las noticias, incluso chismes que se comparten de forma viral en la que surgen modos de engatusar y convencer a menores de compartir fotos íntimas, información personal y más, a alguien al que ni siquiera conocen, o que piensan que no involucra un peligro por el simple hecho de hablar con ellos por medios digitales.

d) Retraimiento y Timidez

El retraerse es una forma en la que todos, y los adolescentes no son la excepción, queremos ser dejados solos por largos periodos de tiempo. En la actualidad ni siquiera es necesario retraerse en un espacio cerrado, como la habitación. Existe incluso la posibilidad de estar en espacios con más gente y simplemente enfocarse a la pantalla del celular a fin de buscar entretenerse con cosas que, o nos ayuda a no pensar en problemas reales, o a sobre-pensar en lo mismo una y otra vez. Situación que nosotros como adultos, sabemos que termina por lastimar, más que ayudar.
Muchos adolescentes cambiaron la forma en la que se desarrollan de forma social ya que se abrieron nuevas puertas a través de cada aplicación o videojuego que cuenta con la posibilidad de escribir o hablar con otras personas que comparten intereses, y ha cambiado la forma en la que incluso, nosotros como padres, lográbamos conocer a las personas que convivían con nuestros hijos de forma presencial. Ahora no sabemos con quién pueden estar hablando y si esto involucra una relación sana o no.
Algunos de los jóvenes que socialmente eran extrovertidos, teniendo un protagonismo dentro de un aula, ahora se han vuelto introvertidos detrás de una cámara y un micrófono que pueden apagar y prender en cualquier momento.
Algunos de los jóvenes introvertidos que se la vivían en sus consolas de videojuegos, ahora son protagonistas y populares debido a que ahora MUCHOS MÁS juegan esos mismos videojuegos y ellos puede que ya fueran buenos en eso. Ahora son buscados para tips, para compartir y jugar con ellos.


CONCLUSIÓN
Como bien podemos ver, existen varios aspectos que cambiaron en toda nuestra vida. Los adolescentes han cambiado mucho en estos últimos años, además de todo lo que seguro ya tenían como antecedente familiar.
El saber lidiar con estos problemas como padres involucra que nosotros también cambiemos en la forma en la que vemos a nuestros hijos. Los adolescentes viven ahora, en un mundo diferente al que nosotros vivimos y muchas veces encuentran refugio en medios de los que no tenemos idea, y para nosotros como padres, perder ese control, es frustrante.
Mantenerse abierto es la mejor manera de lograr tener una comunicación efectiva con tus hijos adolescentes, ya que muchas veces y si nosotros mismos nos recordamos a esa edad, no nos gustaba ser juzgados por algo en lo que somos buenos, en algo que nos gustaba, en alguien con quien alguna vez tuvimos una amistad que no era considerada buena.
Escuchar antes de hablar y plantear preguntas es bueno, antes que juzgar.
¿Por qué jugar eso te hace sentir bien?
¿Qué te gusta de la persona con la que hablas?
¿Por qué te gustan más las clases en línea?
¿Qué extrañas de la vida antes de la pandemia?
¿Se te ocurre algo nuevo que podamos hacer?
Tengo ganas de pasar tiempo contigo, cuéntame de ti.

Escucha atentamente, si tu adolescente está enojado, triste, tímido por algo. Pregunta y ESCUCHA. Pregúntale cómo puedes ayudar y si le gustaría solicitar ayuda profesional. Hay veces que es importante saber y aceptar que como sus padres, no es fácil decirte todo. Se involucran sentimientos de frustración, de desilusionarte, de no cumplir con tus expectativas. Y aunque pueda ser cierto o no, para ellos no es fácil.

En temas más delicados, recuerda siempre solicitar ayuda familiar.


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